domingo, 9 de diciembre de 2012


Busco momentos, personas, lugares. Busco que mediante pequeñas cosas mi vida tome rumbos diferentes. Busco comprensión, apego. Busco amor.
Busco pasiones, héroes, enseñanzas. Intento ser mejor cada día que pasa. Busco encontrar dualidades, ver la perfección en todas las cosas, sentirme parte, sentirme perfecto.
Aunque no pueda comprender exactamente qué busco, qué buscamos las personas incompletas. Aquello que nos dé ganas de reir, de seguir luchando.
De pequeño deseaba convertirme en el capitán de un inmenso barco, soñaba con poder cruzar todos los océanos y visitar cada isla que vea. En el patio de mi casa, siempre jugaba a tener a toda una tripulación de forzudas piedritas a mi cargo, manejar el enorme timón invisible y levantar mi sombrero hecho de papel de diario.
Creo que crecer nos cambia, nos hace más realistas, y trae consigo aquellos "No puedo", y "Es imposible". Nos transporta del mundo imaginario y nos incapacita para crear.
En realidad lo que buscamos es el "Sí, podés".

sábado, 10 de noviembre de 2012

Hoy, con éste día gris de lluvia a las 7:16 de la mañana, desayunando leche con cereales, mirando por la ventana, voy a comentarles sobre algunos profesores que me enseñaron algo más que lo que se debe aprender en la secundaria.
Siempre tuve una fascinación por escribir. Comenzó con algo tan tonto desde que tengo memoria y se fue desarrollando hasta ahora. Recuerdo que tuve un profesor de Literatura, su estilo de lectura era el mismo que el mío, y compartíamos un cierto sentimiento por escribir, que solo los que tienen un lápiz y papel en mano (o en el caso más moderno, una computadora) lo entienden.
Él me enseñó a nunca desistir de un sueño.
Para escribir una buena historia, solo hay que leer, leer, y seguir leyendo.
Y amar con todo tu corazón lo que hacés.
Ojalá esté bien, escribiendo algo en alguna parte.
Actualmente tengo un profesor de Historia, más loco que cualquier psicópata, más sabio que cualquier científico, más consejero que cualquier padre. Quizás podría pasar horas escuchándolo, y no me cansaría.
Él también me enseñó a amar lo que hago, a dar sin esperar absolutamente nada a cambio. A dar solamente por eso: dar.
Me gustaría que lo sepa algún día.
Me gustaría que se entere cuánto desearía que fuese mi padre, y cuánto bien deseo para él.
Perdón por robarles el tiempo, sin más qué decir, gracias por leer hasta el final.


viernes, 9 de noviembre de 2012

Capítulo uno.

Como primer escrito, quiero decir que no pretendo ser famosa en lo que hago, o en realidad sí, pero no ahora.
Fue repentino, leyendo un blog de alguien a quien no sé ni su nombre pero me gustaría conversar, dije: Y si hago un blog? y esa fue la interesante historia de la creación.
Ahora, no pretendo al que alguna vez lea esto que le interese, en absoluto. Solamente estoy dispuesta a abrirme un poco más de otra forma. Al ser una persona tan cerrada, convenzo siempre que está todo bien.
La verdad es que no, a pesar de haber bajado 30 kilos siempre encuentro un pero en él. A pesar de que todos me digan que estoy más linda no me lo creo, me siento así, casi igual que antes. Estoy tan sola como un poroto en el medio de una tormenta, nada es suficiente y mi familia es una mierda pero obviamente no me quejo, sé que hay peores situaciones, y mis amigas son lo más lindo que tengo, lo que ni en un millón de años me hubiese imaginado tener. Obviamente, ellas creen que no me importan. Es así.
Chicos, está todo bien, a sonreir sin importar cuánto dolor tengas en el alma. Sonreir.
Gracias por el espacio.